Pasamos el año esperando Agosto, cuando los únicos que de verdad lo disfrutan, son algunos niños afortunados con piscina o dinero para helados.
Y los chorizo-kosovares de pisos vacíos, claro.
Con suerte de que se encuentren los pisos vacíos.
Las palomas tiradas por el suelo, buscando la sombra y el agua de los climatizadores.
Ayer casi tropiezo con una.
Los perros haciéndose los despistados, sin perseguir palomas.
Ayer tropecé con uno.
La grúa sigue a lo suyo. Éstos no descansan.
Con éstos bichos no he tropezado aún.
Ya no sé cómo acabar ésto así que pediré un deseo: salud y paciencia para todos.
Ah! y que vuelve la gente. Con sus coches. Y los millones de obras públicas, como siempre, sin acabar.
Yo sólo aviso.
