Cuando era casi un crío (y sin casi), uno de mis primeros trabajos de cocina consistía en pasarme horas y horas limpiando mejillones. Estuve así durante meses, con lo que, además de adquirir una gran fuerza en dos o tres dedos de las manos, aprendí todo lo que un chico de 14 ó 15 años debe saber acerca de la vida y milagros de éste peligroso animal.
Con el tiempo pasé de limpiarlos a cocinarlos. Ésto lo hice durante años con más o menos acierto, llegando a ser uno de aquellos chicos del Rompeolas, que preparaban y servían sus famosos mejillones, en aquellas cazuelas de barro con tanta salsa.
No sé si tú te acuerdas o lo llegaste a conocer. Como dato te diré sólo una cosa:
el pan era gratis.
No te voy a dar la receta de los mejillones del Rompeolas.
Primero porque tiene muchos ingredientes y es algo complicada.
Segundo porque no sé si tengo derecho a hacerlo.
Pero te doy una receta fácil y garantizada para unos buenos mejillones de roca.
Mejillones “de roca” a la Marinera
Ingredientes para 2 personas:
- 3 docenas de mejillones, más o menos.
- 1 diente de ajo.
- Una anchoa (opcional).
- Medio vasito de vino blanco.
- 1 tomate bien rojo.
- Media cebolla.
- Aceite de oliva.
- Perejil.
- Pimienta.
Hay que quitarles la barba y lavar bien los mejillones. Déjalos en agua fría mientras preparas el sofrito. Si hay alguno que está roto o “flota”, quítalo.
Prepara un sofrito con un par de cucharadas de aceite, la cebolla picadita, el ajo picado añadido cuando la cebolla está transparente y el tomate pelado y troceado, añadido éste en último lugar.
Cuando está hecho el sofrito añadir el vino, los mejillones, la anchoa picada, un pellizco de pimienta, dos cucharadas de agua y tapar.
Cuando los mejillones justo se han abierto todos retirar del fuego.
Emplatar en un recipiente un poco hondo y tirarles por encima de los mejillones un poco de perejil picado.